Por Tomás Kroselj / Especial para Buena Vida
Hoy es posible leer con el oído, alternativa útil para
quienes padecen alguna limitación visual, y de interés para todos.
Cicale es la única biblioteca enteramente digital de América latina, con
25.000 obras en varios idiomas. Cómo funciona.
“Con el tiempo, uno va aceptando esta realidad, aunque no es fácil.
Yo era un gran lector y no poder seguir disfrutando de mis libros fue
para mí una pérdida. Pero tuve que adaptarme”.
Ciego desde hace
nueve años por una enfermedad inmunológica (penfigoide ocultar
bilateral), al doctor Carlos Lima Coimbra, contador público nacional,
perder la vista le supuso un cambio fundamental en su vida. Por lo
pronto, no pudo seguir ejerciendo su actividad. "Enfrentarse con la
pérdida de la visión es doloroso y difícil, pero si hay afecto y ganas,
todo se supera", dice.
Dada su pasión por la lectura, una de sus
primeras inquietudes fue cómo seguir en ella pese a todo. Lo primero que
se le ocurrió fue recurrir al Braille, pero luego se enteró de que
había audio-libros, libros parlantes, que surgieron en la década del 70,
cuando distintas obras comenzaron a grabarse en cassettes y VHS.
“Supe
de su existencia gracias a la biblioteca del Consejo Profesional de
Ciencias Económicas, que me dio la dirección de una biblioteca para
ciegos. Cuando fui, para mí fue una gran sorpresa encontrar libros en
cassettes. Empecé a escucharlos, me fui adaptando, y como en mi vida
profesional ya tenía contacto con lo digital, lo que hice fue formar mi
propia audioteca, de la misma manera en que había organizado mis libros
de papel”.
De aquí y de allá
Lima
Coimbra incorporó entonces a su biblioteca audio-libros de Europa y
Estados Unidos, donde su uso es más habitual, y comenzó a compartir su
archivo con gente que padecía el mismo problema.
Así, de a poco
empezó a llegar a más discapacitados visuales, a difundir esta
posibilidad y a juntar material con la idea de armar una biblioteca de
audio-libros, para lo cual se contactó con editoriales especializadas
del mundo latino e intercambió obras con distintos países.
“En el
imaginario colectivo, la palabra libro remite al libro papel, ya que
hace siete años el libro digital no existía. Y en la Argentina, la Ley
de Fundación de Bibliotecas es de 1870, y el Estatuto de la Comisión
Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip) se refiere al ‘libro’.
Entonces, no pueden apoyar a bibliotecas digitales como Cicale porque es
una biblioteca que tiene “cero” material de papel”, explica.
Lima
Coimbra se refiere al Centro Cultural de Audio Lectura y Educación
(Cicale), asociación sin fines de lucro que pese a las dificultades creó
en julio de 2005.
Cómo funciona
“La
gente se asocia y nosotros le hacemos llegar nuestro material vía correo
en forma gratuita, tanto de ida como de regreso. Se lo enviamos en CD
para que pueda leerlo y devolverlo, “, explica.
Cicale es,
entonces, una biblioteca prácticamente incorpórea. “Todo lo hacemos por
teléfono, por fax y por mail. Somos los únicos en el país que hemos
incorporado la biblioteca virtual. Subimos a Internet archivos
comprimidos y se los enviamos a los asociados o las instituciones que lo
deseen a cualquier parte del mundo. Somos la única totalmente digital
del país y de América latina. Hemos hecho más conocido el término
audio-libro, que no sólo interesa al discapacitado visual, sino también a
gente mayor o incluso a extranjeros o personas que quieren experimentar
esta forma de leer”, dice Coimbra, orgulloso.
Es la única
entidad que tiene todo el catálogo (nombre del libro, del autor, del
narrador, la duración y en que sistema está grabado) como audio.
Los
libros se graban en MP3, compresión de archivos que permite que, por
ejemplo, que la novela “El Código da Vinci”, de 20 horas de grabación,
se envíe en un solo CD, mucho más fácil de manipular.
Cuentan
con textos en castellano, inglés, francés, alemán, italiano y portugués,
y su dinámica es la de cualquier biblioteca popular.
Los socios
tienen que inscribirse, llenar una solicitud y pagar una cuota social
mensual, debido a que la entidad no cuenta con ningún tipo de apoyo
gubernamental para solventarse.
Todo se realiza vía correo
electrónico: los socios entran a la página web, buscan el libro que
desean, envían un mail y reciben el texto elegido.
Cuando Cicale
comenzó contaba con 300 títulos o audio-libros, que hoy han trepado a
unos 25.000. En la web, tienen 34.000 títulos de libros digitales de
diversos géneros y para todas las edades, novelas, cuentos, clásicos,
infantiles, entretenimiento, autoayuda, de teatro y programas radiales,
etc.
También participa en actividades culturales, recibe premios y
reconocimientos, y firmó numerosos convenios con distintas entidades.
Este
año realizó un Convenio Internacional con la Universidad de Lille,
Francia, para la capacitación de un estudiante francés en las técnicas y
contenidos de libros digitales y audio-libros digitales.
“Ninguna
biblioteca debería ser excluyente. Debe ser integral e inclusiva, nadie
debe quedar afuera, es la filosofía de Cicale, que se integra con
personas con y sin discapacidad”, concluye Lima Coimbra, que en 2006
participó en la creación de la Ley Nacional N° 26285, que exime de
derechos de autor vigentes cuando se trata de formatos destinados a
personas con distintas capacidades “perceptivas”, lo cual permitió la
expansión del audio-libro.
Más información, info@cicale.org.ar; www.cicale.org.ar
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